Marco de oro con corazones rojos y rosas
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Te amo con la furia de un huracán que no sabe detenerse, pero con la suavidad de una brisa que acaricia los recuerdos.
En el instante en que te vi, el tiempo se detuvo y los relojes comenzaron a contar los latidos de mi corazón.
Tu risa es un río que arrastra mis penas y desemboca en un mar de esperanza.
En cada rincón de mi alma crece una flor que lleva tu nombre, y ninguna tormenta puede arrancarla.
Te amo como si el mundo fuera a acabarse mañana, pero con la certeza de que nuestro amor durará más que las estrellas.
Tus ojos son faros que guían mi barca en la noche más oscura, y en ellos encuentro mi hogar.
Cada noche, las estrellas me cuentan historias de ti, y yo las escucho con el corazón en llamas.
Si el destino me diera mil vidas, en todas ellas buscaría tu abrazo para sentirme completo.
Tu amor es un incendio que no quema, sino que ilumina los senderos olvidados de mi alma.
En el silencio de la madrugada, escucho tu voz susurrando en el viento, y mi corazón responde con un canto.
Eres el milagro que no esperaba, el sueño que no sabía que soñaba, el latido que no conocía.
Te amo con la paciencia de un árbol que espera la lluvia y la pasión de un relámpago que parte el cielo.
En el mapa de mi vida, todos los caminos conducen al calor de tu piel y al refugio de tu mirada.
Si el amor tuviera un color, sería el tono exacto de tu sonrisa al amanecer.
Mi corazón es un libro abierto, y cada página está escrita con la tinta de tus caricias.
Te amo como aman los ríos al mar, sin preguntar, sin detenerse, sin fin.
En tus brazos, el tiempo se disuelve como azúcar en el café, y solo queda el sabor de lo eterno.
Eres la melodía que nunca supe componer, pero que mi alma canta desde que te conoció.
Cada latido mío lleva tu nombre, y cada suspiro tuyo es la razón de mi existencia.
Te amo con la certeza de las mareas, con la magia de las noches estrelladas, con la verdad de mi propia sangre.
I love you with the fury of a hurricane that knows no pause, yet with the gentleness of a breeze caressing forgotten memories.
The moment I saw you, time froze, and the clocks began counting the beats of my heart.
Your laughter is a river that sweeps away my sorrows and flows into a sea of hope.
In every corner of my soul grows a flower bearing your name, unyielding to any storm.
I love you as if the world would end tomorrow, but with the certainty that our love will outlast the stars.
Your eyes are lighthouses guiding my boat through the darkest night, and in them, I find my home.
Each night, the stars whisper tales of you, and I listen with a heart ablaze.
If fate granted me a thousand lives, in each one I would seek your embrace to feel whole.
Your love is a fire that doesn’t burn but illuminates the forgotten paths of my soul.
In the silence of dawn, I hear your voice murmuring in the wind, and my heart answers with a song.
You are the miracle I didn’t expect, the dream I didn’t know I dreamed, the heartbeat I never knew.
I love you with the patience of a tree awaiting rain and the passion of a lightning bolt splitting the sky.
On the map of my life, every road leads to the warmth of your skin and the shelter of your gaze.
If love had a color, it would be the exact shade of your smile at dawn.
My heart is an open book, every page written with the ink of your touch.
I love you like rivers love the sea—without question, without pause, without end.
In your arms, time melts like sugar in coffee, leaving only the taste of eternity.
You are the melody I never knew how to compose, but my soul has sung since meeting you.
Every heartbeat of mine carries your name, and every sigh of yours is the reason for my existence.
I love you with the certainty of the tides, the magic of starry nights, and the truth of my own blood.