El Árbol de navidad, el nacimiento, la decoración hogareña, la entrega de regalos, todas estas tradiciones se han vuelto características de la navidad, pero hay una en particular que no hace referencia a una acción, si no a una persona, la venida de Santa Claus (también conocido como Papá Noel o San Nicolás) ese simpático viejecito regordete y sonriente que trae regalos a los niños buenos cada año para en el día de Navidad, hoy te contaremos su historia. ¡No olvides usar nuestros gifs para las fiestas de navidad para decorar tus tareas y presentaciones!
Para hablar de la figura de Santa Claus es importante que nos detengamos en su antecedente histórico más reconocible, San Nicolás, nacido en el año 350 d.C., en el pueblo Myra en Turquía, él heredó una gran fortuna que la destinó a ayudar a los necesitados especialmente a los pobres y a los esclavos, se sabe que era bueno, generoso y tenía un gran sentido del humor. Fue sacerdote y más tarde fue consagrado obispo; su fama de benefactor era tal que los niños dejaban sus zapatos fuera de casa para que el obispo depositara algunas monedas ahí. Fue convertido en santo por la iglesia católica, y es patrono de ciudades en países como Rusia, Bulgaria y Holanda. San Nicolás, no fue el único antecedente de Santa Claus, también está “Sinterklaas”, una figura del folclor holandés que está basada en San Nicolás por ello San Nicolás es el punto de partida para la historia del actual Santa Claus.
Continuando con la historia de San Nicolás nos encontramos con Marco, el jefe de la guardia romana de aquella época, que quería acabar con la fe cristiana (fe que aún no era impuesta), mandó quemar todas las iglesias y encarcelar a todos los cristianos que no renegaran de su fe. Así fue como Nicolás fue capturado y encarcelado, años después, el emperador romano, Constantino, se convirtió al cristianismo y mandó a liberar a todos los cristianos, entre ellos Nicolás, quien había envejecido mucho en prisión y cuando salió de la cárcel, tenía la barba crecida y blanca y llevaba sus ropajes rojos que lo distinguían como obispo y una mitra. Los largos años de cárcel no lograron quitarle su bondad y su buen humor.
Tiempo después, los cristianos de Alemania tomaron la historia de San Nicolás y su imagen al salir de la cárcel, para entretejer la historia de Santa Claus, un viejecito sonriente y gordinflón, vestido de rojo, que entra por la chimenea el día de Navidad para dejar regalos a los niños buenos. La imagen adquirió sus primeros tintes del Santa Claus actual cuando los holandeses llevaron a su santo “Sinterklaas” (San Nicolás en holandés) a Nueva York, de hecho la propia palabra “Santa Claus” es un giro, una adaptación de “Sinterklaas” al inglés. El primero en nombrarlo como tal fue el escritor Washington Irving en 1809, en su libro “Una historia de Nueva York”; más adelante en 1823, Clement Clark Moore escribió un poema llamado “Una visita de San Nicolás”, publicado en el periódico Sentinel, en tal poema se describen rasgos conocidos actualmente, incluyendo los ocho renos del trineo, la entrada por la chimenea, la sonora risa y el costal repleto de juguetes; pero hay un detalle, el poema lo describe como un duende regordete, no como una persona, asi que faltó la intervención de una empresa famosa, para dar con el aspecto final del Santa Claus que conocemos.
En 1931, Coca-Cola inició su campaña de marketing en revistas enfocandose en mostrar un Santa Claus que fuera tanto realista como simbólico. Para ello, contrataron al ilustrador Haddon Sundblom para crear una imagen original de Santa Claus. Sundblom se inspiró en el poema “Una visita de San Nicolás” de Clement Clark Moore, resultando en la imagen de Santa Claus que conocemos hoy, pero antes de él hubo alguien que también se basó en el poema de Clement Clark Moore, pero mucho antes.
El Santa Claus que conocemos actualmente es el de Coca-Cola, pero este a su vez está basado en los dibujos creados por Thomas Nast, un caricaturista estadounidense que en 1863 lo ilustró por primera vez en la revista Harper’s Weekly, basándose también en el poema "Una visita de San Nicolás" de 1823, el usaria el rojo en Santa más por un tema estético que por Coca-Cola (que vino después). Años más tarde, la imagen que todos conocemos de Santa Claus fue popularizada por Coca-Cola en su campaña publicitaria.
Desde su debut en 1931 hasta 1964, el Santa Claus de Coca-Cola apareció en comerciales de la marca entregando juguetes, leyendo cartas y, por supuesto, tomando refresco. También apareció en espectaculares, vitrinas, pósteres, calendarios e infinidad de productos promocionales que hoy en día son buscados por coleccionistas. Hasta la fecha, Coca-Cola sigue usando imágenes de Santa Claus basadas en las pinturas originales de Sundblom.
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